Morir por un segundo
H e sentido la quietud del silencio en la noche y la paz de la Luna El lenguaje de sonidos obscuros imperceptibles que pululan a mi lado Sin a penas hacerme mover una de mis manos (Quietas) perdiendo su viveza y su gracia su lenguaje y discurso sus ganas de escribir y ahora quietas Encerradas en lo oscuro desgastándose poco a poco volviéndose comida de gusanos sin sentirlo transformando mis dedos en huesillos de marfil He sentido el profundo vacío de la muerte Sin dolor ni susto Porque dormía El agua del grifo me hacia imaginar al de la lluvia Limpiando el polvo y llevándose con ella un poco de mi alma Toronto 3 de Julio 2015