Entradas

Mostrando entradas de 2015

Buscandome

Buscándome A veces suelo preguntarme si he vivido mas de un siglo, porque hay momentos en que siento una nostalgia de antaño, un sabor a viejo que roe mis huesos y me hace brillar al encuentro del pasado. Siento que anduve entre los cruzados y apóstatas, las cortes y plebeyos, las guerras y treguas, la vida y la muerte. Quizás es que no completé ninguna de mis vidas, algo se truncó. De ahí este miedo a la muerte nuevamente, a irme sin haber completado el ciclo diseñado. Pero cuánto gusto siento, que placer y leve calambre recorre mi espina dorsal cuando pienso en el regreso. En el fondo , es que no resisto estar esperando para siempre la llegada del día glorioso. Me da miedo el reposo eterno, o más bien, la eterna espera.Ya no sé que es mejor. Si morir esperando, o esperar para morir eternamente. Solo  que  no es la hora, que me quedan tanto por hacer, por dar. Pero aún no encuentro  la respuesta a mi amor por el pasado. Toronto , un día de 2015 

Por París siempre

No puedo escribir sino de tu belleza y de tu lluvia tus ruidos y adoquines de tu olor silencioso y eterno Me niego a recordarte herida llorando temblorosa de temores y de fiebre porque el dolor no te pertenece Así te guardo abierta u oculta en mi  corazón enamorado y devoto por tu eterna belleza por tu luz. Como ser de otra manera cuando he acariciado tantas veces las curvas de tus calles y he besado cada trozo de mármol que forma tu cuerpo De ti puedo recibir solo amor De mi tendrás mi alma para siempre eres la mujer que nunca tuve, que nunca acaricie y  que vuelvo a encontrar para querer amar. Toronto, Nov. 16, 2015

Vivir en Democracia

  Este es uno de los mejores privilegios de vivir en un país grandioso como este. Ayer terminaron las elecciones federales para elegir a nuestro próximo Primer Ministro, y por supuesto, que esto me hizo recordar la falsedad en las elecciones cubanas, su aburrimiento y falta de interés. Allá a nadie le importa quien salga elegido miembro de la asamblea municipal, porque ninguno representa los intereses ciudadanos, sino los del mismo partido que dirige hace 56 anos. La gente es obligada a ir a votar, porque aunque dicen que el voto es " libre",  el atreverse a incumplir con la "obligación" de votar, No el "derecho" de cada ciudadano mayor de 18 anos, pues significa ser diferente, señalarse a nivel de barrio, y estar a riesgos de ser fichado como un disidente social. Siempre fue así mientras viví en Cuba. No creo que ha cambiado mucho, si bien es cierto que hoy a mucha gente le importa poco que sean señalados como contrarrevolucionarios.  Todos fuimos victim

El amante que volvía siempre.

Anoche lo volví a ver. Nos encontramos en  algún lugar y después decidimos ir a un rincón privado, un lugar apartado. Era un apartamento feo, destruido y con las paredes descorchadas . Trato de recordar de que lugar se trataba y descubrí que eran las paredes estrechas de la escalera de la escuela  que cada manana subíamos cuando eramos ninos en aquella casona que siempre me pareció algo macabra.Curiosamente cuando llegamos a la entrada del supuesto apartamento había un bebé abandonado que lloraba y lo tome en mis brazos. Me sentí tan feliz, y a la vez, con mucha lástima por aquella criatura. El se me acerco y me beso en la mejilla, me besó varias veces, lenta, suavemente sobre las cuencas de mis ojos, aún puedo sentir su aliento caliente, vivo; y el niño poco a poco se calmaba, hasta que se durmió en mis brazos. No recuerdo si nos amamos  o sólo nos quedamos allí mirando el color despintado de aquel edificio.Una luz salía del apartamento del lado. Era una luz amarilla, sucia, de

De Paris y sus ruidos

                                      De París y sus ruidos                                                                                                                       I La sirena del carro de policía sonaba y con ella me llegaban las vibraciones de París Ninguna otra suena como allá El silencio quedó paralítico dentro del vapor de esta urbe Y yo seguía recordando el ruido de  las sirenas de París Ese sonido de náufrago solo De soliloquio en un teatro vació De preso metido en una celda de castigo O loco oculto en el alma de un hombre libre Como en un poema Dada unía palabras y ruidos, muecas y demonios no sabía donde estaba ni adonde iba me había perdido dentro del ruido de un París que no era cierto y que me invento (siempre). Toronto, Verano 2015

Morir por un segundo

H e sentido la  quietud del silencio en la noche y la paz de la Luna El lenguaje de sonidos obscuros imperceptibles que pululan a mi lado Sin a penas hacerme mover una de mis manos (Quietas) perdiendo su viveza y su gracia su lenguaje y discurso sus ganas de escribir y  ahora quietas Encerradas en lo oscuro desgastándose poco a poco volviéndose comida de gusanos sin sentirlo transformando mis  dedos  en huesillos de marfil He sentido el profundo vacío de la muerte Sin dolor ni susto Porque dormía El agua del grifo me hacia imaginar al de la lluvia Limpiando el polvo y llevándose con ella un poco de mi alma                                                                          Toronto  3 de Julio  2015

Mi perro Mocho

Hace tiempo le debía estas letras a mi perro. Se llamaba  Mocho, porque le habían cortado la cola. Cuando apareció en mi vida  ya era un perro grande. Yo había tenido que salir de la ciudad, y pedi a mi madre que  se quedara cuidando mi casa. Mi barrio, en uno de los suburbios de La Habana, no era uno de los mas seguros , y temía que sucediese algo en mi ausencia y nadie estuviese en casa. Al volver, mi madre me dijo que afuera había un perro que se echaba  en el dintel de la puerta, y que había aparecido de improvisto, y la seguía a todas partes cada vez que tenía que salir. Era un hermoso perro "sato", como llamamos en Cuba a los perros sin raza definida. Mocho fue el segundo perro que tuve  en mi vida, mas bien el tercero, pues hubo un primer pastor- alemán que existió cuando yo era pequeñito, y junto a quién dí mis primeros pasos. Aquel perro era mi guardián y, según me cuentan,  hasta trataba de ayudarme a levantar cuando me caía  en mi intento por caminar. Nadie po

El ano de mi despertar.

Corría el ano 1989 y yo había acabado de entrar en la Escuela de Derecho de la Universidad de la Habana. Fue el año de la caída del muro de Berlín, y a partir de ahí se desataron los acontecimientos que nos cambiaron la vida para siempre. Era usual que nos convocaran casi a diario a marchas, reuniones, mitines, y  mas teques políticos, hasta un bendito día  en que decidí dejarlo todo, entregar aquel   honroso carnet de la juventud comunista, en el tercer ano de la carrera, luego de varias sanciones por negarme a hacer guardias vigilantes en la Universidad. De cualquier manera, en el futuro, otra nueva sanción pronto seria parte de mi récord, porque yo me negué  a firmar para alistarme en el grupo de Brigadas de Respuesta Rápida de la Facultad. Tales brigadas eran una especie de escuadrón represor que debían  golpear y humillar  a cualquiera que expresara criterios en contra del gobierno. Eran tiempos muy convulsos. De la Facultad de Artes  y Letras, Biología, o Matemáticas,  se oía

Por los brazos de Maya

                                                                                            a Maya Plisetskaya Fueron tus brazos los que nos enamoraron, tu ganas de salir a volar, a descubrir el mundo, y a escapar.  Por eso, te reconocimos desde el inicio, no eras ajena. Venías de lejos, pero te quedarías para siempre. Eras la alegría de la luz, y la fuerza de la esperanza. No importaba que no comprendiéramos mucho de tu lejana tierra,  porque a nosotros nos sobraban las palabras. Teníamos tu gesto, tu fino rostro, tus ojos que no delataban, Teníamos tus brazos, Maya, que eran más que alas, eran gritos de agonía, lujuria encendida de mujer que se revela y canta, era un código secreto para callar y decir, un volcán de gritos y plumas blancas. Nos trajiste  con tu paso leve, lento, pequeño, casi silencioso, la suavidad del agua, nosotros que sabemos de huracanes y mareas como congas o guarachas. Te volvías frágil cisne que al morir también cantaba. Y te amamos para siempre, hasta el

Si me regalaras Paris...

                                                                        a Maite, con el amor de siempre Si me pudieras regalar París me harías un mejor hombre porque ayudaría  cada loco que encontrara en mi camino a escapar de la locura de este mundo, a cada anciana perdida en la bruma  del tiempo a retornar sobre él sin decir palabras, regalaría a cada niño una hoja blanca y un pincel para que imagine la vida con sus colores preferidos Si me pudieras regalar París, sería el más feliz de todos los hombres o quizás el más triste, porque lo tuviera casi todo y no sabría que hacer... recuperaría  mi memoria y entonces tal vez quisiera borrarla. Si me pudieras regalar París  gritaría de alegría  lloraría de emoción Tendría diez hijos y seria polígamo, maníaco, artista, payaso, hiciera el amor durante el día, la noche, a la sombra de los árboles de Boulogne sería apocalíptico porque no quisiera que acabase nunca mi deseo de vivir en ella de morir por ella Si me regala