sábado, 29 de mayo de 2010

Recuerdos de Mayo

Vivir en Canadá me ha dado la satisfacción, entre otras cosas, del disfrute de las cuatro estaciones estivales. Vengo de una Isla, la más hermosa que ojos humanos hayan visto, según palabras del Almirante genovés cuando llegó a ella; donde el Sol es el Dios supremo y el Verano, su súbdito más fiel.

Allá esperamos con ansiedad la llegada de Mayo, y con él los primeros aguaceros. Bañarse en esa primera agua es parte de un rito que se repite cada año. Es como un bautismo sin sacerdotes ni liturgias, un solo grito de euforia y alegría de pequeños y mayores que aún dejan escapar el niño que no han dejado morir en su interior. Un gran aleluya por la vida.!

Los niños, sobre todo, nos volvíamos locos saliendo a la calle para disfrutar del chaparrón y del dulce olor a ¨primavera¨que nos llegaba. Las abuelas trataban de recoger en los baldes hasta las últimas gotas de esa primera lluvia para luego hacernos lavar la cara por el resto de los días.."-porque el agua de Mayo te pone más bonito..-"

Los aguaceros traían el tan ansiado líquido para los campos, el natural regadío que necesitan los cultivos. Además nos refrescaban del inmenso calor tropical, a pesar de ser Mayo.

Pero una lluvia en mi Isla es como un exorcismo. Cuando cae lo hace de tal manera que parecería que la tierra se fuese a partir. Las gotas son tan fuertes como pedradas en el asfalto. Más sentirlo en la piel, es una sensación de dulzura y limpieza, de liberación interior.

Luego, cuando todo pasa, queda ese olor a tierra agradecida, a limpio, a nuevo despertar.

La primavera en Canadá me recuerda un poco ese ritual de Mayo en Cuba. Todos salen a la calle cuando se atisba un poco de calor como un maremoto humano. Se desprenden de los pesados abrigos, guantes y bufandas que tienen que cargar durante casi todo el ano, para salir a disfrutar, a veces casi desnudos, de la bendición del Dios Ra. Se tienden en cualquier esquina o parque a solearse, anorando darle a sus pieles un tono parecido al nuestro del trópico.

Y los cafetines se llenan, los bares y terrazas se abarrotan , cualquier lugarcito al exterior donde se sientan a conversar y a reir. Si..!, es como en Cuba donde se vive como en un eterno aguacero.

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