Pertenezco a una rara especie de hombres
buscadores de la Atlántida
que se sumergen en los silencios lacerando los sonidos.
Y me escurro como el agua
por las grietas del camino
(o en las sombras)
entre la luz,
palpando en las paredes la palabra callada,
el reflejo de una voz.
Soy de los que a ratos me trepo al arcoiris
y descubro a Vicente engalanando aún los últimos Girasoles
sin serme ajeno
Es perfecto.
Como lo es el grito lanzado desde el puente
el Grito seco, agudo, sin ruido acaso
que tanto nos espanta y solidario es.
Munch también era perfecto.
Soy de una rara especie que se extingue
pero aparece en cada primavera
y se inventa una estación en la manana.
Como la creación, vengo de la Nada
pero me he vuelto mar.
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