jueves, 14 de noviembre de 2019

David me detuvo enamorado

Solo dos veces he sentido algo parecido en toda mi vida. Fue una rara sensación de dicha y tristeza, de dolor y alegría y de silencio.
Ver el David de Michelangelo no puede describirse, faltarían adjetivos. A mi se me ocurre solamente una palabra:  Perfección.  Pero hay algo mas en el... No es solo la maestría del escultor al apreciar el cuerpo humano dibujado en piedra, donde las venas quieren mostrar la excitación, la adrelanina del cuerpo que quiere estallar, al preparase para enfrentar al Goliath. David duele, porque como dijera Andre Breton, "La belleza sera convulsiva o no lo será".

Sin embargo, hay en el también un dolor intenso, profundo, escurridizo, por querer esconderse. El no quiere matar al gigante; alguien tan hermoso no puede amar la muerte, pero esta preparado para hacerlo, no dudara si es necesario, y aun así, duda, implora quizás, desafía. Su mirada lo es todo; pudiera quedarme solamente con su expresión. Se sabe obligado, porque ante todo esta la vida, el sobrevivir, y sabe que no tendrá alternativa, pero si la hubiera, la hubiese encontrado. Creo que si.... porque David es un hombre fornido, hermoso, pero en el fondo, sigue siendo un niño asustado, alguien, que ama estar junto a sus ovejas, vivir en la tranquilidad del campo, sentarse a la sombre de un olivo y  tocar la flauta, ver las montañas y los prados en la tranquilidad.

No puede negarse que Michelangelo amaba al hombre sobre toda las cosas. El supo labrar la piedra con un amor casi infantil, creativo, con una dulzura como si tuviese un delicado pincel entre sus manos, no un cincel y un martillo. Cuando te acercas te asombra la delicadeza de las formas y la perfección de cada parte de su cuerpo; pero nada, lo repito. puede comparase con su expresión, con su entrecejo fruñido que delata la duda, tal vez, el miedo. Pero hay en el David, mas que todo, ternura confundida con la bravura del hombre que se sabe expuesto al peligro. Encontré en el una complicidad que me hizo detenerme por varios minutos, no se cuantos, tal vez, fueron solo unos segundos, pero que me hizo desearlo con todas las fuerzas de mi alma, y protegerlo a la vez de aquel encuentro en el que venció al gigante. Me reconocí en el, y supe que no me equivocaba porque su mirada se dirige hacia la izquierda, hacia donde siempre encamino mis pasos, porque es allí que se encuentra el corazón.

Adieu Monsieur Le Président.

Hoy ha muerto Jacques Chirat, antiguo Presidente de la República Francesa. Con el se va una historia, una época que no volverá. Su imagen carismática le hizo acreedor de ser llamado el Presidente de todos los franceses. Las diferencias políticas no impedían sentir respeto, y admiración por este hombre que amo inmensamente su país, la gente, la cultura y  sobre todo la humanidad.

Fue el primero en llamarnos la atención en Francia sobre el cambio climático, cuando produjo su famosa frase " Nuestra casa arde", y tuvo el coraje ademas de oponerse a la Guerra de Irak, previendo las terribles consecuencias que aún hoy se viven como la desestabilización de la región.
Yo, que en mi interior, siento un amor inmenso e incondicional por Francia, siento una pena enorme por su partida de un hombre de su estatura política y humana.

Después de su partida del Eliseo, no ha existido otro Presidente de la República Francesa de tal estatura, valor, dignidad política y amado por tanta gente.

Ahora mismo,  me gustaría estar en Paris, para junto a tantos parisinos, turistas, y politicos firmar el libro de condolencias para expresar mis respetos por este gran hombre de la vida política francesa. Pero me es imposible.  Como ha dicho el actual presidente Emanuel Macron, " a Jacques Chirac no se le llora hoy solamente en Francia."

 Desde aquí reciba  usted todo mi respeto.  Adios Monsieur Le Président. Viva Francia.!



Toronto, Sep. 26 2019

La Luz se llevo a la Dama de Blanco.

La muerte siempre nos trae recuerdos. Es la paradoja de ese hilo que conduce a la memoria y que una de las Parcas se atreve un día a cortar. Cuando alguien muere, comenzamos a urgar en el pasado, en lo vivido, para quizás, asirnos a ello y no querer olvidar al que ha partido.

Hoy conocí que se ha ido otra actriz cubana, Yolandita Ruiz. La hermosa rubia , de las pocas que había en Cuba, que era ademas una  de las mejores de su epoca. Y comencé a recordarla, cuando la descubrí por primera vez en la novela Ramona, junto a Fidel Perez Michel, y luego en la Dama de Blanco, que la hizo tan popular en la isla, en espacios como Teatro ICR, El cuento  que sería interminable la lista de sus personajes;  y tambien el cine; interpretando a la amante del  actorazo Adolfo Llaurado  en filme en clásico cubano Retrato de Teresa.

Yolandita, como todos le decíamos, era una persona que emanaba amor. Su voz y su mirada dulce la hacían ganarse el cariño de todo el publico. Era una de mis favoritas, y luego un día, como tantos otros desapareció del país, para irse a buscar mejores destinos. Nacida en Güira de Melena, mi tierra de nacimiento, era , tal vez  por ello, mas amada por mi.

Hoy la despido con tristeza en estas líneas, pero la recordare siempre como aquella joven frágil, que se perdía y escapaba dentro del bosque, huía de algo para entrar cada noche en nuestras casas a través de la tremenda TV cubana de aquella epoca. Nostalgia y amor, pero sobre gratitud, por hacernos que la vida tan difícil de aquellos tiempos, fuese más hermosa y pasajera.

Adiós querida muchacha de Blanco. Luz eterna.


Toronto, Oct. 2, 2019

Alain Delon. Adios a los 88 .

  Mi amor por la lengua francesa comenzó siendo aun muy niño, y no es de extrañar , a través de una de las mas extraordinarias manifestacion...