Cuando el gesto se troca en danza y deviene una historia creadora, auténtica, verdadera, descubrimos la creación de Pina Baush. Allí es difícil percibir un soplo de mentira. Hay algo más que una simple acción coreografeada, una intención dramática. Su obra es un hurgar desde adentro, un escarbar hasta el tuétano para encontrar la honestidad. Así es la obra de Pina, por ende, creíble.
Fue ese el legado que dejó a su tropa del Tanztheater, donde colectivamente crearon y recrearon la vida cientos de veces.
Pina se fue. Hace ya dos años.
Su amigo, el realizador Win Wender, quería homenajearla, captarla una vez y otra más en el lente. Pero esta vez, fue vencida. Y ante el dolor, él desistió. Tanztheater quiso continuar el homenaje.
No era tal; más bien era tener una última presentación con ella al mando.
Filmado en 3D, este documental es ya un clásico de la danza moderna. Y la trouppe se nos desnuda poco a poco para hacernos más que testigos, protagónicos dentro de la creación. Al tenerlos tan cerca, en esta dimensión, se nos hacen más étereos, más lívidos. Y ahí escuadriñamos sus rostros, sus arrugas, penetramos sus pupilas. No hay lugar a la caricatura. Pas des masques.
Como el agua, transparente de montañas, fueron cada uno descendiendo hasta mi, hasta nosotros, y nos bautizaron de deseos.
Pina no se había ido, estaba allí, visceral, con aquella mirada profunda, y su cigarrillo en la mano izquierda, empujándolos a todos a bailar, a descubrir lo interrogable y lo misterioso.No nos obligaba a nada, solo quería que la sorprendiéramos, y la única forma que comprendía era con la verdad.
Por eso la amé, la pude tocar, levitó sobre mi espalda y saltó conmigo sobre sillas en lo alto de la colina hermosa. Estábamos hermandados por el dolor de la sinceridad.
Como en Wuppertal, me viene a llevar sobre rieles invertidos y camino (up side down) atado a la ligera cuerda del humo de su cigarrillo.
Me advierte: Dance, Dance, otherwise we are lost.!
Yo no dejaré de hacerlo nunca Pina.
http://youtu.be/Z4tYVFTQiOg
Fue ese el legado que dejó a su tropa del Tanztheater, donde colectivamente crearon y recrearon la vida cientos de veces.
Pina se fue. Hace ya dos años.
Su amigo, el realizador Win Wender, quería homenajearla, captarla una vez y otra más en el lente. Pero esta vez, fue vencida. Y ante el dolor, él desistió. Tanztheater quiso continuar el homenaje.
No era tal; más bien era tener una última presentación con ella al mando.
Filmado en 3D, este documental es ya un clásico de la danza moderna. Y la trouppe se nos desnuda poco a poco para hacernos más que testigos, protagónicos dentro de la creación. Al tenerlos tan cerca, en esta dimensión, se nos hacen más étereos, más lívidos. Y ahí escuadriñamos sus rostros, sus arrugas, penetramos sus pupilas. No hay lugar a la caricatura. Pas des masques.
Como el agua, transparente de montañas, fueron cada uno descendiendo hasta mi, hasta nosotros, y nos bautizaron de deseos.
Pina no se había ido, estaba allí, visceral, con aquella mirada profunda, y su cigarrillo en la mano izquierda, empujándolos a todos a bailar, a descubrir lo interrogable y lo misterioso.No nos obligaba a nada, solo quería que la sorprendiéramos, y la única forma que comprendía era con la verdad.
Por eso la amé, la pude tocar, levitó sobre mi espalda y saltó conmigo sobre sillas en lo alto de la colina hermosa. Estábamos hermandados por el dolor de la sinceridad.
Como en Wuppertal, me viene a llevar sobre rieles invertidos y camino (up side down) atado a la ligera cuerda del humo de su cigarrillo.
Me advierte: Dance, Dance, otherwise we are lost.!
Yo no dejaré de hacerlo nunca Pina.
http://youtu.be/Z4tYVFTQiOg
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