Fernando Alonso murió en la habana a los 98 años de edad. Que privilegio!. El será uno de esos cubanos recordados para siempre dentro de la gloria de nuestra cultura. Junto a su hermano Alberto Alonso, y Alicia Alonso, quien fuera su primera esposa, fundaron la Compañía que es hoy el Ballet Nacional de Cuba; una de las cinco más prestigiosas del mundo.
Fue gracias a su labor académica que en 1964 durante el Festival de Ballet de Varna, empezara a hablarse de un nuevo estilo clásico, de una manea diferente de bailar ballet.Maestro de generaciones de grandes bailarines, como las llamadas cuatro joyas del ballet que fueran reconocidas por el critico inglés Arnold Haskell, Aurora Bosch, Loipa Araújo, Josefina Méndez y Mirtha Plá; fue también formador de otras generaciones de bailarines. El ballet de Camagüey le debe su excelsa labor de haber formado una compañía con una técnica y calidad extremas, cuando nadie creía que pudiera lograrse.
Lo recuerdo especialmente en los Encuentros de Academia de Ballet de la habana, donde siempre asistía para darnos muestra de su agudeza, maestría y generosidad. Nunca buscó logros personales ni méritos. Los tenía de por si. Su obra quedará para siempre en nuestra escuela de ballet, en esa academia donde se forman cada año miles de estudiantes siguiendo el método de enseñanza que el diseño.
Nombres como Carlos Acosta, Jose Manuel Carreno, Lorna y Lorena Feijo, Ekaterina Zuasnébar, y otros tantos talentosos bailarines cubanos regados por el mundo son otro ejemplo de lo que esta escuela ha podido formar. Los nuevos talentos que surgirán también tendrán la huella del tan querido y respetado maestro. Lo recordaremos por siempre.